Hace poco empecé a hacer un video con fotos de mi estancia en estas tierras baturras, mientras veía y me acordaba de gente que ya se regresó a su país o de algún lugar dentro de Salamanca al que después de varios meses no he regresado, quizá algún lugar al que fui que muy probablemente no vaya a regresar hasta dentro de mucho tiempo o quizá a muchos de ellos no regrese nunca.
Me di cuenta de que he pasado muchas cosas aquí, que ha pasado mucha gente, que han habido muchas historias, muchos lugares, cuando a veces el día a día se convierte en leer para las clases, en cocinar, ir al super, ver si la ropa está limpia, revisar el clima para ver con que tipo de indumentaria habrá que salir para no congelarse ni para parecer pollo en rosticería, preocuparse si depositan antes de la renta o de donde ahorrar un poco más, quizá pasa una semana sin comer pescado o se reducen los pinchos y las cañas.
Así va pasando la vida aquí con algunas de esas buenas pausas, alguna llamada sorpresiva de alguno de ustedes o algún mail, las llamadas con mi familia que han sido constantes y muy gratificantes.
De vez en cuando algún intento por suplir unos ricos tacos al pastor, algún placebo para mi tan querido cigarrito que lo crean o no he dejado en México, ir al rincón secreto a sacar una gomita enchilada (de hecho yo no se porque las escondo porque a todos los españoles con los que vivo no las aguantaron, digamos que podría ponerlas a la vista de todos y no pasaría nada pero es parte del extrañar, ir a ese lugar a ese pedacito de México en mi “armario”), revisar las noticias de México, ver que si al Secretario se le cayó el avión o a la Secretaria la movieron, que si los bichos invaden y traspasan los tapabocas, ver al Cruz Azul que fiel a su palabra sigue esperándome para ser campeón.
Todo lo que pasa es tan único que es increíble que me tuviera que mover tantos kilómetros para darme cuenta que levantarme con despertador, usar traje a diario y llegar a la oficina a revisar los pendientes también es único, que visitar el blog del Duende y ver a Don Fidel bailar y poderle hablar para festejarle el baile del robot, es tan único, que pueda salir y caminar mientras en el facebook solo vea mensajes de repudio a la enfermedad de la gripa rara como le dice una amiga, como tener que estar encerrado.
Creo que estoy cambiando mi visión del mundo, me estoy convirtiendo en un tipo un tanto más fijado en lo que pasa a cada momento, que se fija en lo único de cada instante, en lo inesperado de cada día, tuve que cruzar un océano, ojalá tu querido amigo no tengas que ir tan lejos para descubrir lo que pasa y pasa y pasa y pasa y te está pasando
4 comentarios:
Cada momento es único, se va y no regresa... te estás volviendo filósofo mi muy querido gurú...
en mucho tiempo no te esuchaba nada digno de un .....
"puedo llamarte maestro"
jeje
que bonito chingao
Yo también tuve que venir hasta aca. Pero vale la pena no? Me gusta descubrir el "el día a día" cosas especiales. Hoy entré por primera vez al mercado enfrente de la Plaza por ejemplo...ja.
un abrazo!
Ah y...todos tenemos el rincón secreto jaja.. el mío tiene pulparindos :)
Sólo puedo decir: Do not waste your time always searchin for those wasted years, realize tha your living the golden years...cuando estés acá tmb extrañarás...
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